miércoles, 21 de abril de 2010

Soy leeeeeeenta

La velocidad según los físicos- es una medida que involucra la distancia que recorre un objeto en determinado tiempo, y hasta tiene formulas muy monas que la pueden comprobar; pero para efectos de la vida, la velocidad es taaaan relativa qué, mas que una unidad de medida al parecer es la capacidad que tenemos para percibir el mundo.


Ir a prisa o ir a paso calmado cambia nuestra configuración mental, modifica la ética y estética de nuestro alrededor cotidiano. Hoy en día estamos tan enajenados con eso de la prisa, la modernidad nos ha orillado a que las cosas se tienen que hacer rápido, que hay tiempos para todo, tenemos autos que nos permiten llegar más rápido, comemos en lugares fast food, internet en infintum, hasta las estaciones del año nos urge que pasen rápido, en los centros comerciales en pleno julio ya hay ofertas navideñas y ropa para la "próxima temporada". Al parecer estamos presionados para favorecer a la insatisfacción, tenemos la idea de que sentirnos satisfechos es igual a la calmar de nuestra alma; esto modifica la forma en la que percibimos el mundo, nos vuelve seres ansiosos impacientes al no respetar el tiempo que establecen las cosas: los lugares que visitamos, la gente que conocemos, las relaciones que establecemos, no van mas allá de calmar el ansia (que en castellano es angustia que se hace acompañar por cierta neurosis) del deseo de conocer lugares/ socializar/ o sentirnos queridos/ respectivamente. Estamos olvidando que la capacidad de aplazar la gratificación, también es la onda y además que es una forma de desarrollar nuestra inteligencia, la independencia, el pensamiento propio. Si no se me cree, pregunten a la toda la bandita que busca la fama y la encuentra de un día para otro, la rapidez es igual a la locura espacial, pierden el suelo por que no son muy listos que digamos


Cuando uno anda por las calles con prisa, no tiene en la mente mas que el objetivo de llegar o hacer los pendientes que tiene, la visión no va mas allá de la ansiedad que representa el tráfico, el transporte público, el exceso de trabajo, etc. A uno no le da chance de ver el amanecer, lo lindo de las calles, la luna redondota como una pelotota que alumbra el callejón, las sonrisas de la banda o incluso el nuevo corte de cabello de la esposa. La prisa omite los estímulos de nuestro alrededor, uno no le da chance al ser de percibir el mundo, por eso cuando uno anda "con las prisas" pierde las llaves, no sabe donde dejo la cartera, o mete el queso en el cajón de los calcetines. La impaciencia, el ansia, la prisas, el pendiente o como usted desee llamarle cambia nuestro ritmo emocional y de repente uno se encuentra de malas por cualquier cantidad de irrelevancias, como : ¿viste que me vío feo? ¿por que no acelera si vamos en el carril de alta? ¿que sucede con la gente en el metro? ¡ese lugar yo lo estaba apartando! y si esa prisa invade no solo a uno si no a gran parte de los que habitan la metrópolis, pues tenemos un bonito escenario violento, por que para el camino corto la violencia es un gran aliado (¿narcotráfico y corrupción les dice algo?).


Y cuando uno va en calma, la cosa cambia. Cuando la vida va a 5 km/h que es la velocidad del caminar a uno le da tiempo para volar. Cuando se va con calma, el pensamiento se llena de reflexiones, de sueños, de situaciones, desde las más bobas -si mi ex me encontrara fa-bu-lo-sa con mi nuevo galán, seguro diría...y yo diría...y él- hasta las mas ingeniosas -¡lo tengo! esa debe ser la cura para el SIDA-. Dicen los que se dedican ese negocio de generar ideas que la mayoría de éstas les vienen a la mente camino a sus casas o mientras están en la ducha, ya decía Simmel que "las relaciones mas profundas y escenciales de las cosas se nos dan a conocer, en primer lugar, bajo circunstancias mezquinas y ridículas" y creo que tiene razón. Cuando uno le baja a la velocidad, la percepción se abre y entonces a uno le dan ganas de contemplar, de observar, de que su memoria se detenga en cada detalle, como cuando uno va de vacaciones y ve paisajes bien bonitos que lo mejor que puedes hacer es gozar cada pinceleada, o cuando se visita un museo, al museo en definitiva no se puede ir con prisa, por que la contemplación está casada con la calma y su hija es la atención.


La calma es una de las razones por las cuales en provincia los días sean mucho más leeeeentos, si la gente se conoce en un pueblo y todos saben los chismes de todos, no es a causa del espacio, ni que sean poquitos, es por que tienen la calma y se toman su tiempo para conversar con el de la tiendita, la de los tamales y pregúntarles como está su vida, sus hijos y por ahí las primeras planas de los tabloides locales, como "¿quién se fue pal norte?" u "ora quién se embarazó".


Curiosamente aquellas cosas que se hacen con calma, no tienen o no resultan ser prioritarias en este negocio de la vida moderna, cosas como la lectura, la escritura, la ida al museo, al cine, las conversaciones, son actividades que caen en la categoria: nada. Es común que cuando nos encontramos haciendo alguna de éstas actividades y alguien llegue y nos pregunte ¿qué haces? uno conteste: nada. Aparentemente no son actos que resulten inminentes, por eso la gente no lee, ni escribe, ni debate, en una sociedad donde no es "nada" ¿a quién se le va a antojar?. La nada es igual a no estoy siendo productivo y que bonito es no serlo, alimenta el espíritu.

Como sea, pareciera que este bonito capitalismo en el cual vivimos nos reta a ser mas creativos e ingeniarnolas para que, apesar de todo este acelere y fanatismo por lo efímero, encontremos la forma de darle un sentido a la vida más allá de estar IN en las innovaciones tecnológicas (que disque hacen la vida "mas fácil" -una cosa es que sea una herramienta y otra cosa es que sea un instrumento para el desarrollo de la inutilidad y pendejez), zapatitos de moda o trabajos atrapa-vidas. La vida corre en nuestra ausencia, por más extraño que suene, así es, de vez en vez está padre contemplarla.

lunes, 12 de abril de 2010

El Bellisismo

Aaahhh, que bonito es contemplar la belleza, aquello que nos parece encantador, aquello con lo que uno se detiene y dice: caray, ¡qué bonito! y lo lindo es que esto lo puede provocar desde una portada de Vogue hasta las letras más exquisitas, uno puede encontrar belleza en todos lados, en cualquier objeto, desde lo más abstracto hasta lo más tangible.

La belleza abarca una capacidad que tenemos los que podemos decirnos "humanos" para fusionarnos con las cosas, cuando uno logra identificarse, verse, reconocerse en ellas (¡sí señores!, podemos hacer eso, en analogía es lo que hacían Goku y Vegeta en Dragon Ball Z pero con cosas) puede ser una pintura, un texto, una persona, una calle, una rola, un sentimiento, una peli, una silla y gran etcétera que engloba todo lo que pueda existir en el universo. Es un madrazo de la realidad que llega al directo al espíritu, vaya, tan intenso es el trancazo que es "una invitación a unirse íntimamente con el objeto" o al menos eso dice Kant -y dicen que él sabe- .La belleza es justo ese placer de estar absorto en el objeto, de disfrutarlo, de sentirlo; es tremendo, seguramente usted que lee, ha pasado en algún punto de la vida por dicha experiencia, admirar algo que nos parece insuperable... nieguen que es bien sabroso.

¿A poco no se les antoja adquirir ésta cualidad de lo bello, que su ser invite a la interacción, a poco no la desean? ¡Todos la deseamos! háganse mensos, si namás pregunte por cortesía y por que no sabía como iniciar el siguiente párrafo, pero es evidente que la anhelamos y aquí si le cedo la palabra a un cuatito del alma, Georg Simmel que le dicen, que explica mil veces mejor lo que yo les quiero decir: "durante siglos una generación a transmitido a la otra el ideal de la belleza y su creencia en él, y cada una lo ha cultivado a su manera, arraigándose cada vez más firmemente en dicho ideal, hasta que, finalmente, una enorme sed de belleza, herencia de tan larga evolución, se ha vuelto innata al alma". ¡Cómo la ve! siempre la hemos querido, nos lo han inculcado, siempre hemos tenido la necesidad de "arraigarnos a ese ideal", andamos sedientos de ella dice el Simmel, ¡claro! lo bello es tan chido, tan resplandeciente que opaca a lo mundano, como no la va a desear a uno, pus por eso la vida es tan oscura y desabrida, por que ante éste ideal de belleza que anhelamos ¡pues qué se va a ver bonito! ¿Y cuál es el ideal de belleza actual? pues si tiene duda namás abra una revista y lo verá, creo que no hace falta abundar ¿no?

El deseo no es mas que la distancia que tenemos con la cosa, entre más lejos, es más inalcanzable y entre mas inalcanzable pues más lo desea uno. Imaginese usted a un feo, una persona horrible (lo siento así como existe las cualidades increíbles de las cosas, también existe el repele, lo horroroso,aquello que nomás uno voltea a otro lado para no verlo) va a desear la belleza con mucha más intensidad, que una persona que no está tan de la fruta, justo por la distancia que los separa, y esto puede ocasionar una vida llena de frustraciones, porque la belleza hoy en día mas que incluir, excluye. Por fortuna, para ese ser horrible vivimos en la modernidad que se rige por la filosofía: "si usted no lo tiene y lo desea ¡no se preocupe! yo se lo puedo vender" (y aquí quiero pedir un caluroso aplauso a la palomilla publicitaria que nos acompaña visitando este bló, gente: les agradecemos) y entonces empiezan a vendernos belleza, pero no en el sentido que nos invita a fusionarnos, si no a través de una experiencia aparente, que por su naturaleza efímera, puedes tenerla, pero siempre querrás más y más y rapidito papá, nada de que me tengo que esforzar. Así es como se emprende una carrera tras la conquista de la belleza, y tenemos entonces al feo-horrible-de-la-cola queriendo ser Brad Pitt exponiendose a una operación para quedar como Lin Mei, pero con la satisfacción que le dio estar bajos los efectos de la droga "lo que digan los demás rules" y de invertir una buena cantidad para poder ser aceptado. Y es aquí donde uno se siente orgullo vivir en la "modernidad", donde como somos "modernos" nos volvemos mejores personas: ¡Bravo!.

Bueno eso es la belleza o yo sólo soy una fea con ardor de cola.

jueves, 8 de abril de 2010

¡Wocka, Wocka, Wocka! A.K.A ¡Güaca, Güaca, Güaca!



Siempre me ha dado mucha pena el caso de Fozzie de los Muppets, con su afán por ser gracioso y la frustración materializada en tomates al final de cada chiste. Eso de tratar de ser gracioso y causar pena ajena no está padre -aunque parece que para algunos sí, ya que la fórmula se ha convertido en todo un género cinematográfico-. Debe ser difícil ser Fozzie, a mí se me hace que su fracaso radica en que le apuesta a la versión científica del chiste, al chiste que ya fue comprobado, el que escuchó y fue hit. De lo que Fozzie no se ha percatado, es que el éxito de un chiste radica en la contextualización, no en el chiste en sí -ya que el chiste no es más que una historia que "junta lo que la seriedad separa"- como le ocurre a las "ciencias" humanas, el error es apostarle a una fórmula comprobada en vez de involucrar al sujeto en una situación, por que si el sentido del humor se rigiera bajo esos límites, en donde las personas graciosas se definieran por las que cuentas chistes comprobables estaríamos fritos (fritos jajajajaja FAIL)


Curiosamente los chistes hacen su aparición en la ausencia de la conversación, en el silencio incómodo. Nadie dice nada y entonces: "Cuenten un chiste ¿no?" y ¡boom! del anonimato sale algún valiente y dice "yo me sé uno", las miradas se dirigen hacia el animoso interlocutor de chistes y siendo sinceros, en una situación de esas, ni el mejor chiste hace reir. Lo que puede llegar a ser gracioso es que el sujeto mientras lo cuenta se le salga el moco o que se ponga rojo o que a alguien le llamen y su tono de cel sea "güaca, güaca, güaca", es decir, lo gracioso sería la situación, el contexto.


Los maestros de la contextualización del chiste son los que poseen el humor en sus manos, son aquellos seres cuya sensibilidad les permiten entender las situaciones en las cuales están inmersos, se pueden mover en ellas, comprenden la comunicación y toman elementos de ella para crear lo que yo denomino "golpes maestros" con lo ilógico (Nota mental: tienen onda !como no!). Un individuo puede estar por primera vez en un grupo de amigos, si cuenta con está sensibilidad para detectar los códigos comunicativos del grupo, puede decir algo atinado o mínimo ubicar al patiño (Fozzie) y crear un comentario (jitomatazo) dentro de los límites comunicativos que el grupo maneja -¡vena, vena!, bueno pero el chiste local es tema para otro post- . El encanto radica en el momento, en lo inesperado. Un chiste pierde su plus cuando se repite o explica, pero si ese recurso se utiliza de sopetón, puede llegar a tener éxito, como el Güaca, güaca, güaca. Nada con exceso, todo con medida.


El humor comunica de forma simple, clara e irrefutable un mensaje. Sergio Pitol relata en unos de sus books una conversación que sostiene con Carlos Monsivais -antes de que las canas le llegaran a sus cejas- en donde éste último plantea algo así refiriendose a la clase política: "Cuando la gente los conciba sólo como ratas que son, los loros que son, y no como los soberbios leones y pavorreales que creen ser, cuando detecten, ¡Claro que les llevara tiempo!, que son objeto de risa y no de respeto ni temor, algo podrá comenzar a transformarse; para eso es necesario hacerles perder base; están preparados para responder al insulto, aún más violento, pero no al humor" Bien dice un monito que dice llamarse Boris Vian que : "la vulgaridad difícilmente puede ser ofensiva para una persona vulgar" Moraleja: la idiotez se combate con humor, por ello los cartones que publican en los periódicos nos son motivo de mesas de discusión política, que se puede decir más que: "tienen razón".


No tengo más que decir sus señorias, bueno si namás una cosa: Dedicado a mi queridilla amiga Ana V. a quién extraño tanto que hasta la sueño (no sé va a hacer tradición esto de la dedicada, no se preocupe, es ocasión es-pezial)

martes, 6 de abril de 2010

¿Como está eso de estar?

Hace algunos días justamente en alguna de estas interacciones humanas que uno suele tener cuando se autodenomina "ser viviente" comencé a preguntarme ¿Por qué demonios las relaciones personales son tan complicadas? y me enrede en una maraña toda amorfa de interpretaciones, empatías, respeto, roles sociales, mensajes directos, indirectos, entrelineados, gestos, actos, actuaciones, actores, entre muchas otras cosas, pero decidí asentar mi divagar en una interacción que en lo personal ha sido las que han regido mi vida de forma mas intensa: Las amistades.

Cuando decido ser amiga de alguien, siempre he pensado que se firma un contrato de por vida, en donde lo que suelo ofrecer no es más que estar cuando se me necesite, cuando la otra persona lo requiera, y doy por hecho que uno recibe esa reciprocidad. Bajo esa premisa he regido mi interacción amistosa, no ofrezco más allá de eso y creánlo o no, me ha funcionado requetebién.

Y creo que el éxito radica justamente en el verbo: Estar.¿Qué es lo que implica está palabrita que somos tan afortunados de tenerla en nuestro español? (somo la onda, sabemos la diferencia entre ser y estar) leyendo a mi autor favorito Pablo Fernández Christlieb me encuentro con esta joya que dice mas o menos así: "Estar consiste en mantenerse por un lapso de tiempo en compañía de la situación, acompañando la circunstancia sin necesitar otra cosa que durar así, hasta que las cosas cambien". Resulta ser que estar no es mas que acompañar -ya que sólo es eso- implica una quitada de disfraces, es decir, los que están así nomás por estar, no pueden andar con presunciones ni excentricidades, sólo están. De ahí que suene tan bonito cuando a uno le dicen "quiero estar contigo", sin hacer prácticamente nada, sin acciones, sólo con respirar se puede estar. Cuando uno ya es, la cosa cambia por que implica lo que "somos" -¡redundar es lo mío!-: Sandra, psicóloga, que era medio melómana, que juzga, cuya moral ...bueno, tiene moral, que quiere hablar de sí y de lo que piensa y siente; viene el bonito juego de las egolatrías, de las presunciones, de la competitividad, que al parecer es lo que significa eso de ser en la actualidad: "Ser alguien en la vida" que eso bien se podría traducir en aparecer en un librito de historia, con una foto muy mona de uno, describiendo que hizo algo FA-BU-LO-SO en la vida, reconocimiento que le llaman, para ser pues hay facebook, twitter o uno crea un blog.

Para mi es más bonito estar y- no es por nada mi querido lector, que le quita lo virgen a este blog con sus ojitos lujuriosos- soy una de esas personas que se puede jactar de estar bien a gusto, claro que para ello creo que es importante tener cierta empatía. Es bien sabido que hay gente con la que no se puede "estar" incluso a veces son tachados de "malvibrosos" y que uno los que y dice: ¡guacala! ( bueno, de esa generalización no estoy muy segura) vaya, que uno no se siente a gusto con ellos. La empatía resulta ser - según un articulito muy bonito que me rolo mi querida amiga La. Fonseca (apoco no está bonito el apodo ¿eh? ¿te gustó nenorra?)- "ponerse en los zapatos del otro" o estar junto a otro mientras mira algo, en ambos casos significa saber mas o menos que se siente ser el otro o lo otro y ¡Oh Sorpresa! eso facilita la compresnsión interpersonal a través de las diferencias, y así es como uno tiene amistades con seres rete-diferentes.

Qué bonito funciona todo esto: clap clap clap, es más pido un aplauso también para el amor, como no!!!...Oiga, pero queda una duda ¿Qué pasa cuando uno nomás quiere ser con su cuate? ¿Qué pasa cuando uno sólo quiere amigos para que esten, esten y esten y nomás no pretenden ser empáticos? U-y! creo que aquí es donde cobra sentido aquello de : "las relaciones personales son complicadas"

Uno no suele andar por la vida pensando en éstas cosas de la empatía y ser y estar y lo complicado el proceso este de estar, por que para ser pues uno puede irse con los de la chamba, uno puede tener juntas fufurufas, decir frases pedorras, dar clases a los alumnos y decir SOY la maestra morro! (bueno, tal vez uno omite el "morro"). Pero para estar pues se puede estar con los cuates, como cuando uno pasa la semana deseando que sea viernes para poder tener "bienestar" ya sea en casa, con los amigos, con la familia, con el sexo drogas o tal vez rock.

Creo que tener amigos es estar y crear empatía y como se hace eso? Pues escuchando, escuchar implica una mirada atenta, calmar ansias del ser que quiere salir, como cuando te cuentan algo que para el otro es visiblemente importante y en tu mente estas pensando YO! YO! YO! quiero decir algo!. Para escuchar uno tiene que estar en los zapatos del otro, pensando: "no pues si yo hubiera pisado esa caca con mis zapatitos nuevos también me enojaría un chorro" por más absurda que sea la situación, al escuchar la empatía hace lo suyo, de la misma forma funciona para los eventos chingones de la vida, cosas que nos hacen felices, uno puede ser empático y brincar de alegría como si fuera propia, es lo chingón de tener amigos, uno puede estar tan implicado en el otro que es posible compartir afectos.

Dedicado a mi queridilla SrtaNavaja que me ha animado contonearme en la blogosfera.